Historia narrada por Wilbert Mata Zuñiga(Propietario de Quesos Canaán)
Por el año 2002, ya existía la lechería, y se dedicaba a vender leche a una industria de la zona, pero debido a los precios tan bajos la situación para la empresa era adversa.
En una capacitación recibida en la finca, dentro de un grupo de salvadoreños, uno de los participantes nos comentó de un suizo que quería venir a dar unas clases de quesos suizos a Costa Rica, nos intersó la idea, pero no estabamos tan convencidos. Tiempo después recibimos la llamada del suizo a penas hablaba bien español, diciendonos que ya tenía los tiquetes para venir a darnos la clase a nuestra casa.
En la familia fue un sorpresón, y entonces buscamos más personas de la comunidad que aprendieran las recetas; resulta que cuando el suizo llegó, se le ocurrió traer un queso de sus favoritos de suiza, para que todos lo probaran, cuando abrió el paquete el olor era muy fuerte, tan feo, que los vecinos que invitamos se querían ir, y peor cuando todos probaron el queso, todo el mundo tenía cara de que se iba a vomitar, fue un desastre; era una clase de 3 días, el segundo día de clase no llegó nadie, solo mi esposa(kattia) y yo(wilbert). Yo fuí el último que provó el queso, a mi me pareció que el olor era muy fuerte, pero que de sabor, estaba muy rico.
Mi esposa y yo terminamos los tres días de capacitación con Martin Chatagni, el proceso era muy interesante, pero teníamos muchas dudas, ¿Quién iba a comprar el queso si los vecinos pensaban que estaba horrible? ¿Cuánto iba a valer un queso que llevaba tanto trabajo, y quién iba a estar dispuesto a pagarlo?, entre muchas otras...
El último día de clase, Martin nos ayudó a hacer un pequeño cajón para madurar queso adentro de la casa, pero yo tenía tantas dudas que estaba pensando en botar el cajón por la ventana cuando Martin se fuera, y mi esposa(kattia) ni para que decir.
Para no cansarlos con la historia, cuando Martin se iba a ir, nos dijo a mi esposa y a mí, que el otro año iba a volver a Costa Rica a ver como nos estaba yendo haciendo los quesos, a nosotros casi nos da un paro cardiaco, pero no pudimos decirle a alguien que estaba gastando recursos propios para ayudarnos, que no queríamos seguir haciendo quesos maduros, y casi obligados fue como empezamos a hacer -según algunos de los primeros clientes- los quesos viejos, añejos, podridos,hediondos, que después se iban a convertir, en los mejores quesos de Costa Rica, y el sosten de nuestra familia.